El término Grappling deriva de la palabra inglesa GRIP y describe una modalidad de lucha que se centra en controlar al oponente sin necesidad de golpear, con el objetivo final de ganar el combate. Esta forma de lucha incluye técnicas de agarre, estrangulación y luxación de extremidades, y se emplea en diversas artes marciales como el judo, la lucha libre y el jiu-jitsu.
En el ámbito de los deportes de sumisión, el grappling es especialmente popular, permitiendo finalizar los combates sin golpes contundentes. La victoria por sumisión puede alcanzarse de varias maneras:
- Sumisión simple (tapeo): Esta técnica implica dar dos golpecitos seguidos con la mano abierta sobre el cuerpo del rival. Es un código de rendición aceptado internacionalmente, y el árbitro debe estar atento para asegurar su correcta ejecución.
- Sumisión verbal: El deportista puede rendirse verbalmente, opción que se utiliza cuando no es posible tapear debido a que ambas manos están inmovilizadas. A veces, el grito de sumisión es involuntario, pero igualmente válido para detener el combate.
- Sumisión técnica: Se da cuando la técnica aplicada alcanza su máxima efectividad, como en el caso de las estrangulaciones que pueden provocar el desmayo del oponente, indicando así su rendición.
El combate de grappling típicamente comienza con los participantes de pie y termina en el suelo, utilizando proyecciones, barridos y contrallaves para someter al oponente.
Reconocido como un deporte híbrido, el grappling combina estilos tanto modernos como tradicionales de lucha y artes marciales, incluyendo la lucha grecorromana, la lucha olímpica, el sambo y el shoot wrestling. En 2006, la Federación Internacional de Luchas Asociadas (FILA) lo incorporó oficialmente, definiéndolo como un estilo de lucha que enfatiza el control y la sumisión del oponente sin causar lesiones.
La equipación recomendada para la práctica del grappling incluye bermudas, que ofrecen gran movilidad y poca fricción con el suelo, lycra, protector bucal y rodilleras.
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